Nuevas guías americanas de actividad física: una excelente herramienta para cumplir con la ineludible obligación de los profesionales sanitarios de promover el ejercicio
En el reciente congreso de la American Heart Association celebrado en Chicago en pasado mes de noviembre se presentaron las nuevas guías de actividad física promovidas por varias instituciones sanitarias públicas de Estados Unidos. El documento se publicó on line en la revista JAMA el 12 de noviembre de 2018.
Se trata de un documento dirigido a los profesionales sanitarios pero que puede interesar a cualquier persona sensibilizada con el tema y que, en mi opinión, constituye una excelente herramienta a disposición de los profesionales sanitarios para promover la actividad física en la población.
No se limita a recomendar genéricamente el ejercicio como una actividad saludable, sino que analiza de forma exhaustiva y en base a la evidencia científica, a quién beneficia y qué tipo de enfermedades contribuye a prevenir, cuantificando de forma concreta la mayoría de las recomendaciones.
Introduce el tema señalando que los beneficios para la salud comienzan de forma inmediata tras iniciar la actividad e incluso cortos episodios de actividad física son beneficiosos. Algunos beneficios ocurren de forma precoz tales como reducir el sentimiento de ansiedad, reducir la presión arterial y mejorar el sueño, la función cognitiva y la sensibilidad a la insulina; otros, como mejorar la capacidad cardiorrespiratoria, incrementar el fortalecimiento muscular, disminuir los síntomas depresivos y conseguir una reducción sostenida de la presión arterial precisan de meses o años
El beneficio del ejercicio ha sido demostrado en diversos estudios para ambos sexos, todas las edades, todas las razas, mujeres embarazadas o puérperas, personas con enfermedades crónicas o discapacidades y para aquellas que quieren reducir el riesgo de enfermedades,
Los cuadros clínicos que el ejercicio contribuye a prevenir en adultos y adultos mayores (considerados como tales los individuos con edad ≥ 65 años) se reproducen en la siguiente tabla:
Reduce el riesgo de: |
|
|
Mortalidad por cualquier causa |
|
Mortalidad de causa cardiovascular |
|
Enfermedad cardiovascular (incluyendo cardiopatía isquémica y enfermedad cerebrovascular) |
|
Hipertensión arterial |
|
Diabetes tipo 2 |
|
Perfil lipídico adverso |
|
Cáncer de : Vejiga, mama, colon, endometrio, esófago, riñón, pulmón y estómago |
|
Demencia, incluida Alzheimer |
|
Caídas (adultos mayores) |
|
Lesiones relacionadas con las caídas (adultos mayores) |
|
|
Mejora |
Calidad de vida |
|
Estado cognitivo |
|
Salud ósea |
|
Sueño |
|
|
Reduce |
Ansiedad |
|
Riesgo de depresión |
|
|
Enlentece o reduce |
Ganancia de peso |
|
Pérdida de peso (particularmente cuando se combina con ingesta calórica reducida) |
|
|
Previene |
Volver a ganar peso cuando se ha logrado reducirlo |
Los tipos de actividad física se definen y se dividen en varios grupos:
- Actividad aeróbica: Conocida también como cardio actividad es aquella en la que los grandes músculos del cuerpo se mueven durante un período prolongado de tiempo, mejorando así la capacidad cardiorrespiratoria. Ejemplos de esta actividad son el caminar de forma enérgica, correr o pedalear
- Actividad de fortalecimiento muscular: Actividad que aumenta la fuerza, potencia, resistencia y masa del músculo esquelético e incluye levantamiento de pesas y entrenamiento de resistencia
- Actividad de fortalecimiento óseo: Actividad que incrementa el fortalecimiento de los huesos. Incluye salto de la comba y correr
- Actividad de equilibrio: Actividad encaminada a resistir a fuerzas internas o externas al cuerpo que causan caídas. Los ejemplos que incluye son las zancadas o caminar hacia atrás
- Actividad con varios componentes: Incluye más de un tipo de actividad (aeróbica, de fortalecimiento muscular y de equilibrio) que está incluida en algunos tipos de deportes o bailes.
Directrices clave
El documento proporciona recomendaciones específicas para niños, tanto en edad preescolar como escolar, adolescentes, mujeres embarazadas y en el postparto, adultos, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas y discapacidades.
A continuación se resumen las recomendaciones para adultos y para adultos mayores teniendo en cuenta lo que se considera actividad física moderada y actividad física vigorosa.
- Actividad física moderada: Caminar a una velocidad entre 4 y 6,5 Km/hora o la práctica de deportes o actividades que requieran un esfuerzo similar. De forma general se dice que realizar una actividad física moderada permite hablar pero no cantar
- Actividad física vigorosa: Correr a una velocidad superior a 6,5 Km/hora o la práctica de deportes que requieran un esfuerzo similar. De forma general se dice que realizar una actividad física vigorosa no permite decir más que unas pocas palabras sin tener que detenerse para respirar.
Recomendaciones para adultos
Cualquier actividad física es mejor que ninguna, sin embargo, para obtener beneficios sustanciales los adultos deben realizar al menos 150 a 300 minutos a la semana de ejercicio de moderada intensidad o 75 a 150 minutos cada semana de actividad física vigorosa aeróbica. Preferiblemente la actividad debe repartirse durante toda la semana
Realizar una actividad superior a los 300 minutos semanales de actividad moderada puede generar beneficios adicionales.
Además de la actividad aeróbica mencionada se recomiendan actividades de fortalecimiento muscular de moderada a mayor intensidad dos días o más a la semana. El documento no es más específico en esta recomendación y únicamente señala que esta actividad debe implicar a todos los grupos musculares mayores (piernas, caderas, espalda, abdomen, tórax y espalda)
Recomendaciones para adultos mayores
Lo anteriormente expuesto para los adultos es aplicable a los adultos mayores si bien se especifica que la actividad debe ajustarse a su condición física.
Además de la actividad aeróbica y de fortalecimiento muscular se recomienda realizar una actividad física de varios componentes que incluya actividad de equilibrio.
Para los individuos con enfermedades crónicas el nivel de actividad debe establecerse por parte del profesional encargado del seguimiento del proceso pero se insiste en la necesidad de evitar la inactividad.
Efectos secundarios
El documento no elude la mención de los efectos adversos que puede tener la realización de actividad física que limita al riesgo de caídas y lesiones. Hace hincapié en la necesidad de tomar medidas para evitarlas y señala que, en cualquier caso, si se realiza de forma razonable, los beneficios sobrepasan con mucho los riesgos.
En mi opinión podría añadirse otro riesgo que, aunque infrecuente, no debe ser despreciado. Me refiero a las situaciones en las que el ejercicio se convierte en una obsesión y condiciona la imposición de retos que conllevan la realización de actividades físicas extenuantes o competitivas que sobrepasan los límites razonables que la propia capacidad física debe imponer. En cualquier caso se trata de situaciones excepcionales, aunque la difusión que suelen darle los detractores de la práctica deportiva pueda hacer pensar lo contrario. +
Soy consciente, aunque el entusiasmo que desprenden algunos comentarios previos puedan sugerir lo contrario, que la actividad física no confiere la inmortalidad ni elimina el riesgo de enfermar; ninguna recomendación terapéutica o preventiva lo hace, como tampoco el cumplir escrupulosamente las normas de circulación elimina el riesgo de tener un accidente; pero es evidente que si logramos inculcar la importancia de esta actividad a segmentos importantes de la población el impacto sobre la mejoría de la salud pública sería más que notable, y sin lugar a dudas ese debe ser el principal objetivo de nuestra actividad profesional.
Desde la comisión de docencia del colegio consideramos una de nuestras principales tareas facilitar el acceso a todos los colegiados a este tipo de documentos de obligada lectura, y seguimiento, para todos los médicos que realizamos una actividad clínica, ya que son documentos que no se prodigan como temas de debate en las principales reuniones de las sociedades científicas y cuya difusión por parte de la industria farmacéutica es más que improbable.
Referencia:
The Physical Activity Guidelines for Americans
Katrina L. Piercy, PhD, RD; Richard P. Troiano, PhD; Rachel M. Ballard, MD, MPH et al.
JAMA. doi:10.1001/jama.2018.14854
Published online November 12, 2018
Comentarios
francisco morales vida
Referencia muy oportuna y espero que provechosa Mi deseo es practicarla y difundirla en mi ambiente