Autor: Mohamed Omar Mohamed-Balghata. Jefe de Sección Enfermedades Infecciosas. Complejo Hospitalario de Jaén
Fecha: 14/05/2018

Mortalidad por Enfermedades Infecciosas

Las enfermedades infecciosas constituyen una causa importante (a menudo evitable) de mortalidad en el mundo. A pesar de las mejoras en las condiciones de vida e higiene, las vacunas y la introducción de los antimicrobianos, no se ha logrado controlar las infecciones existentes y además, han aparecido nuevos patógenos (VIH, SARS, gripe, Ébola, Zika, West Nile, Crimea-Congo…) que han complicado aún más el panorama. Todo ello, sin olvidar el problema de la resistencia bacteriana a los antimicrobianos, que representa una grave amenaza para la salud pública mundial. 

          En este artículo publicado en Marzo de 2018 por la revista JAMA, se describe la evolución de las principales causas infecciosas de mortalidad [Infección de vías respiratorias bajas, diarrea, VIH/SIDA, hepatitis (se excluyen hepatitis crónica B y C), meningitis y tuberculosis], durante el periodo comprendido entre 1980 y 2014 en distintos condados de Estados Unidos (EEUU).

          Los autores analizaron un total de 4.081.546 muertes de causa infecciosa registradas en EEUU durante este tiempo. De éstas, 113.650 se notificaron en 2014 (tasa de 34.10 muertes/100.000 personas) frente a las 72.220 acontecidas en 1980 (tasa de 41.95 muertes/100.000 personas), lo que ha supuesto un descenso del 18.73% en la mortalidad por estas enfermedades. La distribución de las causas de mortalidad en el año 2014, fue la siguiente: infección de vías respiratorias bajas (78.8%), diarrea (7.07%), infección por VIH/SIDA (7.04%), meningitis (1.2%), hepatitis (0.86%) y tuberculosis (0.75%).  

          Durante este periodo de 35 años, se han constatado diversos acontecimientos sobre los que merece la pena reflexionar:

  1. La infección de las vías respiratorias bajas continúa siendo la principal causa de mortalidad aunque ha experimentado un notable descenso a lo largo del periodo de tiempo estudiado debido al incremento de la cobertura vacunal antineumocócica tanto en adultos como en niños. Asimismo, se han observado grandes diferencias socioeconómicas (nivel de pobreza, personas sin hogar, población en prisión y raza/etnia afro-americana) y en hábitos tóxicos (tabaco, alcohol y consumo de opiáceos) entre los distintas áreas que podrían justificar la gran variabilidad geográfica detectada. 
  2. La mortalidad de la mayoría de las infecciones (infección del tracto respiratorio inferior, VIH/SIDA, meningitis, hepatitis, tuberculosis) tuvo una tendencia decreciente, a excepción de la diarrea que experimentó un incremento del 483.96% atribuida a la infección por Clostridium difficile, siendo ésta la única que aumentó a partir del año 2000. Estos datos son un fiel reflejo del uso inapropiado de los antimicrobianos, cuya importancia reside en que casi la mitad de las muertes por gastroenteritis y el 83% de las que se producen en mayores de 65 años, son por esta causa. 
  3.  Respecto a la infección por el VIH, tercera causa infecciosa de mortalidad (7.04%), también ha disminuido de forma drástica desde 1996 como consecuencia de la introducción del tratamiento antirretroviral de gran actividad. Sin embargo, hay que destacar que un número importante de personas desconocen que están infectados y éstas son las responsables de más de la mitad del 1.8 x 106 de personas que contrajeron la infección por el VIH en 2016 y que en este año, un millón fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el sida.  
  4. La mortalidad por enfermedades infecciosas fue mayor en hombres (aunque en esta población es donde se produjeron los descensos más significativos), en la población mayor de 65 años y en aquellas personas con ciertas conductas de riesgo (consumo de opiáceos e intercambio de jeringuillas en usuarios de drogas por vía parenteral).  Por ello, se deben realizar esfuerzos preventivos y terapéuticos  focalizados en estos grupos.
  5. La mortalidad por meningitis, hepatitis y tuberculosis también ha disminuido como consecuencia del aumento del cribado, del tratamiento y de las campañas de vacunación.

 

          En definitiva, el estudio pone de manifiesto que se han producido grandes progresos en las últimas décadas aunque todavía queda mucho por hacer. Así, se ha de mejorar el acceso al sistema sanitario, la calidad en los cuidados sanitarios, la cobertura vacunal (gripe, neumococo, meningitis, hepatitis) en personas de riesgo, el diagnóstico precoz y el manejo adecuado de las enfermedades infecciosas, con implantación de programas de uso apropiado de antimicrobianos (PROA) para reducir las infecciones por microorganismos multirresistentes así como el establecimiento de nuevas estrategias terapéuticas y/o vacunas.

 

Referencia

El Bcheraoui C, Mokdad AH, Dwyer-Lindgren L, Bertozzi-Villa A, Stubbs RW, Morozoff C, Shirude S, Naghavi M, Murray CJL. Trends and Patterns of Differences in Infectious Disease Mortality Among US Counties, 1980-2014. JAMA 2018; 319:1248-1260.


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