Autor: Carmen Rus Mansilla. Facultativa Especialista de Cardiología. Hospital Alto Guadalquivir. Andújar
Fecha: 03/03/2018

¿Caminar disminuye la mortalidad en pacientes ancianos? Relación entre caminar y mortalidad en una cohorte de personas mayores en Estados Unidos

Los beneficios del ejercicio moderado o intenso son de sobra conocidos: disminuye el riesgo de padecer enfermedades crónicas, como enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, ictus y algunos tipos de cáncer.

Las guías de salud pública de Estados Unidos aconsejan que los adultos deben realizar más de 150 minutos de actividad física moderada o más de 75 minutos de actividad intensa a la semana; sin embargo, solo la mitad de los adultos americanos alcanzan esta recomendación. Las personas mayores de 65 años están aún más lejos de dichas recomendaciones: 42% entre 65-74 años y 28% en mayores de 75 años.

Se estima que el sedentarismo está implicado en el 6-10% de la carga de enfermedades no contagiosas. Se espera que la población mayor de 65 años en Estados Unidos se incremente del 13% en 2010 a más del 20% en 2030; y por otra parte, el coste sanitario para pacientes mayores de 65 años supone entre tres y cinco veces más que para pacientes jóvenes. Por tanto, identificar los factores asociados con envejecer de forma saludable es de vital importancia para manejar la carga de enfermedad y los costes sanitarios asociados.

A pesar de numerosos estudios epidemiológicos asociando actividad física moderada o intensa con la mortalidad global, muy pocos han estudiado la asociación con caminar como forma de actividad física específica. En uno de ellos, caminar más de 3 horas a la semana se ha asociado con un 11% menos de mortalidad, comparado con poca o nula actividad física. Sin embargo, la asociación de caminar con mortalidad global en personas mayores de 65 años no ha sido estudiada, como tampoco se ha demostrado si alcanzar las recomendaciones exclusivamente caminando tiene un beneficio similar a la mezcla de varias actividades físicas combinadas.

Caminar es económico, no requiere un entrenamiento especial, y se puede hacer en cualquier sitio, encontrar un beneficio asociado específicamente a caminar puede aumentar el nivel de ejercicio a nivel poblacional.

Métodos:

Se extrajeron los datos de los pacientes del estudio American Cancer Society’s Cancer Prevention Study (CPS)-II Nutrition Cohort, un estudio prospectivo de incidencia de cáncer y mortalidad que comenzó en 1992, subgrupo del CPS-II que comenzó en 1982, englobando a personas de 21 estados, de edad entre 50 y 74 años, con seguimiento mediante encuesta por correo. El seguimiento fue de 13 años (1999-2012).

Tras criterios de exclusión, se estudiaron 62178 hombres y 77077 mujeres, con edad media de 70,7 años para hombres y 68,9 para mujeres, entre los que murieron 24688 hombres y 18933 mujeres.

El objetivo primario fue mortalidad por cualquier causa, y como causas específicas: enfermedad cardiovascular, cáncer, enfermedad respiratoria y otras causas.

 

La actividad física se clasificó en: insuficiente (menos de las recomendaciones, <2-3 horas al día), alcanzar las recomendaciones (2-3 horas al día), superar las recomendaciones (4-6 horas a la semana) y superar las recomendaciones en más del doble (>6 horas a la semana). El primer nivel (<2 horas al día) sirvió como grupo control.

Resultados:

De los participantes, el 46,9% de los varones y el 49,3% de las mujeres comunicaron caminar como única forma de ejercicio físico.

Los pacientes inactivos, y los que tenían menor actividad física eran de menor nivel educativo, más obesos, no bebedores, habían fumado en alguna ocasión, diabéticos, consumían más carnes rojas y menos frutas y verduras.

Tras análisis multivariable, la inactividad se asoció a mayor mortalidad global, comparado con solo caminar <2 horas a la semana (HR=1,26). Alcanzar las recomendaciones o superarlas mediante exclusivamente caminar se asoció a un 20% menos de mortalidad, similar a otras formas de realizar ejercicio físico. Caminar se asoció de forma más llamativa con una reducción de muerte por enfermedad respiratoria del 35%, aunque también con muerte por enfermedad cardiovascular (HR=0,80) y en menor medida con mortalidad por cáncer (HR=0,91)

Con respecto a la velocidad del paso, el 82,6% de los hombres y el 79,1% de las mujeres realizaban el paso “normal” o más rápido (>2 Km/h), los resultados fueron similares cuando el análisis se acotó sólo a este subgrupo.

Discusión:

En este estudio prospectivo, la inactividad física comparada con cualquier actividad se asoció con aumento de mortalidad global y por causa cardiovascular, respiratoria y por cáncer. En los adultos mayores de 65 años, alcanzar el mínimo de recomendaciones de actividad física mediante caminar confiere similar beneficio a otras formas de actividad física.

Llama la atención la relación tan fuerte con la disminución de mortalidad por enfermedad respiratoria. Estos hallazgos requieren confirmación con otros estudios, ante el posible factor de confusión con enfermedad más avanzada.

La actividad física y caminar en concreto se ha asociado a una menor incidencia de enfermedad cardiovascular, y en menor medida con cáncer global, estando más asociado con algunos tipos de cáncer específicos como el de mama y el de colon. Sin embargo, la potencia estadística del presente estudio no ha permitido examinar dicha relación.

La principal limitación de estudios previos es encontrarse dirigidos a poblaciones específicas, como un único género o pacientes diabéticos, y sin seleccionar el tipo de actividad física. Este es el primer estudio que relaciona caminar como forma exclusiva de ejercicio con la mortalidad, en mayores de 65 años.

Sin embargo, el uso de cuestionarios en el que la actividad física está descrita por la propia persona constituye la principal limitación del presente estudio. Al tener un seguimiento largo, es posible que la actividad física haya cambiado a lo largo del tiempo. Tampoco se analizó la velocidad de la marcha, aunque en el presente estudio la inmensa mayoría refirieron un paso “normal”. Un estudio reciente demostró aumento de mortalidad en aquellos con paso lento en comparación con paso más rápido.

Conclusiones:

Realizar cualquier tipo de actividad física moderada está asociado a disminución de la mortalidad. Alcanzar las recomendaciones mínimas de salud únicamente a través de caminar en personas mayores de 65 años está asociado a aumento de la longevidad. Caminar se ha descrito como el “ejercicio perfecto” ya que no requiere un equipamiento ni un entrenamiento específico, es gratis, accesible y se puede realizar a cualquier edad.

Con el aumento de expectativa de vida, promover que los pacientes mayores caminen, podría tener un gran impacto en la salud comunitaria.

 

Referencia:

Walking in Relation to Mortality in a Large Prospective Cohort of Older U.S. Adults. Patel AV, Hildebrand JS, Leach CR, Campbell PT, Doyle C, Shuval K, et al. Am J Prev Med. 2018 Jan;54(1):10-19. doi: 10.1016/j.amepre.2017.08.019.


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